La tecnología de fibra óptica multimodo ayuda a reducir el coste global de la red, incluyendo puertos activos, pero tiene limitaciones en las distancias.
La tecnología monomodo proporciona una seguridad de cara al futuro, pero con una inversión inicial muy elevada en comparación con la tecnología multimodo.
Así, la elección de un tipo de fibra es un balance entre el crecimiento y evolución esperados en la red, la inversión a realizar y la distancia de los enlaces.